domingo, 3 de marzo de 2013

Hoy te desperté con olfatos cosquilludos

Hoy te desperté con olfatos cosquilludos detrás de la oreja, como te gusta.




Luego jugamos a que uno contaba una historia y se quedaba dormido en medio del relato.

Antes de partir hacia la curandera y hacia las estrellitas en la boca: me diste dos barriletes. Yo los guardé en el bolsillo de mi camisa, junto con el mapa de la jornada que íbamos a vivir juntos.

Encontramos una bolsa con rayos de sol y los sembramos en la plaza que más te gusta y rajamos a comer algo.

Con el tanque de energía lleno inventamos las reglas de un juego que mezcla fútbol y escondidas, juego al que jugamos y perdí por goleada.

De vuelta en nuestra galaxia, en  la plaza que más te gusta, ayudamos al calesitero a que no caiga en manos de la mafia rusa. Cuando se fueron los rusos -y los chicos también- nos invitó a conocer el lugar donde se guardan las calesitas por las noches, cuando nadie las ve.

Te gustó mucho.